Año tras año, década tras década, las cifras parecen claras: más del 70% de los españoles quiere perder peso. Es más, en el caso de las personas con sobrepeso, hasta el 90% de ellos ha intentado bajar peso. Muchos de ellos (muchísimos) fracasan. El resultado es una enorme cantidad de gente buscando dietas en un contexto en el que nunca está claro qué evidencia científica hay detrás.
Un gran ejemplo de esto es la dieta keto.
¿Qué es la dieta keto? Se denominan dietas keto (o cetogénicas) a todas las dietas que tienen como objetivo poner al organismo en una situación metabólica que "simule el ayuno prolongado"; es decir, que requiera "echar mano" de las reservas del cuerpo para seguir funcionando. En general, las células del cuerpo utilizan los hidratos de carbono para obtener energía. Las grasas, por su parte, actúan como una especie de batería, de almacenamiento energético para cuando vienen malos tiempos.
Malos tiempos como, por ejemplo, el ayuno prolongado. Aunque varía mucho de un individuo a otro, se estima que tras pasar tres o cuatro días consumiendo menos de 50 gramos de carbohidratos el organismo activa lo que podríamos llamar "modo cetogénico": desencadena los procesos fisiológicos que buscan producir el catabolismo de las grasas, la producción de cuerpos cetónicos y el uso de estos por parte de las células a fin de extraer energía.
Bienvenidos a la cetosis. Cuando los niveles de glucosa en sangre disminuyen lo suficiente y se agotan las reservas de glucógeno del organismo, se inicia el proceso de descomposición de las grasas almacenadas en cadenas más cortas (ácidos grasos y cetonas) que puedan ser metabolizadas por las células para obtener energía. A eso es lo que se llama cetosis y es eso lo que buscan este tipo de dietas.
¿Por qué buscan eso? Para empezar porque la cetosis produce un efecto anorexígeno: quita el apetito. Y eso, cuando hablamos de una dieta para 'perder peso' es un factor muy atractivo. Además, como señalaban Daniel Frechtel y Pilar Quevedo, parece claro que funciona.
Este tipo de dietas presentan, claramente, una pérdida de peso y provoca cambios en la composición corporal (especialmente, reduce la masa grasa del organismo). Eso sí, hay que tener en cuenta que todo esto se ha estudiado en pacientes con obesidad, diabetes tipo II y otras enfermedades metabólicas.
Un rosario de beneficios muy interesantes. Los mismos estudios muestran que este tipo de dietas pueden mejorar la sensibilidad a la insulina y el perfil de glucémico (aunque, en este caso, la reducción del aporte calórico parece clave). Además, por si fuera poco, hay bastantes indicios que apuntan a una disminución de la inflamación y del estrés oxidativo.
Pero también algunos problemas. El problema básico de este tipo de dietas es que el organismo no está optimizado para funcionar mucho tiempo en esas condiciones. Los procesos cetogénicos producen una serie de toxinas y problemas que, si bien no son preocupantes cuando efectivamente dependemos de ellos para sobrevivir, sí pueden serlo cuando los activamos de forma poco responsable.
Es decir, la dieta keto se ha estudiado fundamentalmente como una herramienta para 'tratar' o 'paliar los efectos' de determinadas enfermedades. Eso nos ha permitido entender que los mecanismos son sólidos, pero que puede acabar generando numerosos "efectos secundarios". En población general, el análisis entre costes y beneficios es mucho más difícil de establecer y requiere un análisis exhaustivo por parte de un especialista.
Entre los "efectos secundarios" más comunes tenemos el estreñimiento, la diarrea, las náuseas, el cansancio, la fatiga, la irritabilidad, el dolor de cabeza y el déficit de vitaminas y minerales. No obstante, los más serios son los que afectan al sistema cardiovascular (puesto que puede llegar a producir arritmias o alteraciones profundas del metabolismo cardíaco).
Una aparente paradoja. Cuando examinamos la evidencia detrás de la dieta, vemos que es bastante sólida. No hay mucha duda: un uso inteligente y estratégico de los procesos cetogénicos puede ayudar a muchas personas a mejorar su peso y sus perfiles glucémicos. Dos cosas que, en muchas enfermedades, resulta clave para un buen pronóstico.
Por el otro lado, también vemos que la utilización prolongada de las mismas es un camino peligroso y lleno de problemas. A la hora de adentrarnos en este tipo de dietas debemos tener claro lo que decíamos anteriormente: la cetosis no es una situación metabólica más. El metabolismo pone en marcha procesos arriesgados para asegurar su viabilidad ante una falta continua de alimento.
Falta mucha investigación. Hay dos cosas que no son comunes en el mundo de la reducción de peso: por un lado, tenemos "pruebas alentadoras" que avalan sus efectos, funcionan. Por el otro lado, conocemos muy bien los mecanismos de acción que están detrás de ellas. Eso es buena señal, pero lamentablemente no es suficiente.
Las dietas keto necesitan aún una serie de grandes ensayos clínicos controlados y aleatorios que permitan definir su uso para toda la población. Eso es algo que hoy por hoy no tenemos. Sí, en manos de un profesional que monitorice nuestra reacción metabólica, pueden ser una herramienta a tener en cuenta; pero aún hay muchas preguntas sin respuesta.
Imagen | Xataka con MidJourney
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emedoble
La fuente preferida del organismo son los HC. Es la fuente de macronutrientes que se metaboliza de forma más rápida e incluso puede ser almacenada como glucógeno directamente en las zonas dónde puede volver a requerir esa energía para optimizar la entrega.
La obtención energética mediante los otros 2 macros es más ineficiente y genera toxinas.
Las dietas paleo y keto, buscan llegar y mantener durante el mayor tiempo posible un estado cetogénico a través de la supresión de hidratos, forzando así al organismo a obtener energía fagocitando la grasa y la proteína.
El estado cetogénico no es un estado normal del organismo. Es un estado de alerta y una medida de urgencia ante la carencia de nutrientes elementales.
El que podamos intoxicarnos con los cuerpos cetónicos generados de la oxidación de grasas y proteínas para obtener energía ya es indicativo de que nuestro organismo no está diseñado para funcionar así durante mucho tiempo.
pabloporpo
Doy fe que funciona. Al ver cómo un amigo bajó tanto de peso le pregunté y me lo resumió: "nada de azúcar y nada de harinas. Carnes y cosas grasosas todo lo que quieras". Pues comencé y bajé 20kg en algunos meses (de 106kg a 86kg). Como ya me sentía bien con ese peso comencé a incorporar algo de carbohidratos y azúcares, y hoy a casi 2 años de haber comenzado sigo manteniendo 86kg, con mucha menos ingesta de azúcares y CH pero no a un cero total como al comienzo. Cabe mencionar que también comencé actividad física aeróbica cuando iba por mi kilogramo 16 de adelgazamiento, y planeo mantenerlo por el resto de mi vda
luisgarciacantabrana
Precisamente se trata de eso, no de una dieta temporal, sino de mantener una alimentación sana, cetogenica, keto, mantenida en el tiempo. Como ya dice el articulo, esta claro que funciona, que tienen que estudiar más los efectos que se producen en un uso prolongado. Esta claro que funciona en gente que tienen diabetes, así que en gente que no la tiene no tiene porque no funcionar, de echo probablemente funcione mejor porque están más sanos.
Todo se basa en que los carbohidratos estimulan la producción de insulina, y si lo hacemos continuamente, la insulina no nos permite consumir las grasas. Las grasas las consumimos por ejemplo cuando estamos más de 6 horas sin comer, por ejemplo al final de la noche. Es un ayuno intermitente.
Lo más difícil de este tipo de alimentación es la adaptación inicial, los primeros 10 o 15 días que el cuerpo quiere azúcar, y tienes que aguantar.
El subidón que produce el azúcar es muy placentero, pero dura poco y a la larga es completamente contraproducente.
DrivE ThrougH
El problema es por qué la gente prueba con estas dietas y no va a un especialista en nutrición que te haga un estudio a medida.
Probar una dieta u otra, es fácil... Tienes que comprar esto o aquello y alimentarte, que es lo que haces todos los días...
Pero lo del especialista cuesta dinero... Y mucho. Y luego tienes que comprar comida igualmente, que por lo general será más cara (la comida saludable es mucho más cara que la que engorda)
Y es que en la SS, no te van a ver, a no ser que tengas un problema muy grave.
Por esto la gente prueba esta dieta, o aquella, o la otra (que es cierto que no valen para nada ninguna de ellas) y no va al especialista.
RepeLust
Todos los años lo mismo: sale cualquier iluminado/a que propone un régimen y aparecen la corte de desesperados que no pueden o no quieren ir a un nutricionista y caen en la trampa. Luego vienen las decepciones al ver que no hay efectividad o resultados inmediatos.
smithwinston
Javier, ¿la fotografía de portada está hecha con IA? Es que estoy viendo ese tenedor...y me hace dudar.
ibalamcerda
Acabo de ir con el gastroenterólogo y dice que es malísima una dieta keto, a largo plazo es mala para el corazón y el cerebro.
Desde las primeras horas de ausencia de glucosa en la sangre hay pérdida de neuronas.
Y para el corazón te afecta la presión y ritmo por el mismo cambio metabólico.
triple9
Realmente entender el asunto es bastante fácil.
A no ser que tengas un problema endocrino... si consumes sólo las calorías que gastas deberías mantenerte en un peso "saludable".
(entrecomillo saludable porque hay gente que lo está pero ya tiene diabetes y yo con 120 kilos, 42 años y 176 cm... salgo con indicadores normales en las puebas)
Luego llegan la predisposición genética, la cultura y la fuerza de voluntad a complicarlo todo.
xhin2456
En ves de seguir estas dietas, es mejor consultar con un profesional, y por supuesto cuando alguien dice que le funciono, es porque despues te dice que hacia "tambien ejercicio"...en resumen, no funciono al 100%, asi que es mejor que un especialista en nutricion te diga como mejorar tu alimentacion y un especialista en ejercicios en un gym te de una rutina de ejercicios y listo, no necesitas ya estas dietas que mas que hacer un bien usualmente se vuelven un vicio.