Improvisaciï¿œn vs. obsesiï¿œn

27 de agosto.- La diferencia que existe entre el Real Madrid de este aï¿œo y el Barcelona es la misma que separa a Cristiano Ronaldo de Messi. Ambos son grandes futbolistas, al nivel de los equipos en los que militan, pero mientras al argentino sï¿œlo le preocupa jugar al fï¿œtbol y divertirse, el portuguï¿œs estï¿œ excesivamente preocupado por demostrar que es el mejor. Al igual que su equipo. Y no todos los que quieren ser los mejores lo consiguen. La cosa requiere su tiempo y aun asï¿œ, sï¿œlo lo alcanza uno. No es un asunto exclusivamente de goles, es que al genio lo asociamos con la improvisaciï¿œn, la falta de lï¿œgica, la capacidad para sorprender con lo inesperado. Messi es todo eso. Y se le aï¿œade la contribuciï¿œn del equipo y de sus compaï¿œeros. La idea que defienden les ayuda a ser mejores.

Los recursos de Ronaldo son otros, tiene el mejor golpeo, un potente remate de cabeza, regatea y es capaz de trazar buenos pases, pero su imaginaciￜn estￜ programada, no surge ni con la espontaneidad ni la velocidad suficiente. Es la misma causa por la que Raￜl, 17 aￜos despuￜs, seguirￜ metiendo goles. Nadie llega al lugar exacto antes que ￜl. Los rivales seguirￜn teniendo mￜs temor a Raￜl que a cualquier otro porque es indefendible. A nivel de equipo, ese mismo temor que ya infunde el Barcelona, el Madrid se lo tendrￜ que ganar. Habrￜ que ver si los rivales son empujados hasta su ￜrea por largas posesiones. Si el peaje que ha de pagar atrￜs por tanto poder ofensivo es aceptable. Si los obedientes Lass y Alonso son capaces de equilibrar sus funciones aportando un poco mￜs de perpendicularidad a su monotonￜa.

Pero estￜ claro que Madrid y Barcelona ganarￜn la mayorￜa de los partidos. De cerca o de lejos, jugando bien o mal, reducirￜn sus expectativas semanales a una cuestiￜn de simple efectividad. Quizￜ algunos equipos como el Villarreal de Valverde, que mejorarￜ al de Pellegrini, Sevilla, Valencia o Atlￜtico puedan aprovechar esa abulia que suele aparecer algunas tardes. Poca cosa para lo que nos espera. Serￜ una Liga apasionante que habrￜ que partir en dos, o quizￜ en tres. Estarￜ el pelotￜn de supervivientes que acostumbra a rezagarse. Sￜlo resta comprobar sobre el cￜsped si las diferencias son tan grandes como seￜalan las cifras.