Eva Libertad denuncia en 'Sorda' el aislamiento en el que viven las personas no oyentes
La ópera prima de Eva Libertad, ganadora en el Festival de Málaga, se alzó antes en Berlín con el Premio del Público de la sección Panorama. La actriz Miriam Garlo, hermana de la cineasta, y Álvaro Cervantes son los protagonistas de esta película, un ejercicio lleno de cine y que denuncia el aislamiento en el que viven las personas sordas.

Madrid--Actualizado a
Vivir en un mundo en el que nadie habla tu lengua y donde tú no puedes oír lo que los demás dicen "es mucho más que frustrante, es terrible". El sobreesfuerzo que hace una persona sorda en el mundo de los oyentes, la incomunicación constante, las barreras que encuentra en el día a día… son una realidad difícil de imaginar para una persona oyente. Ahora, gracias a Sorda, primer largometraje de Eva Libertad, el vínculo entre los dos mundos, el de las personas sordas y las oyentes, se estrecha un poco y abre puertas a una necesaria comprensión.
Planeada cinematográficamente al detalle, la película es mucho más. Es una historia de incomunicación y de lo contrario, de relaciones de pareja, de maternidad y paternidad, que visibiliza a la comunidad de personas sordas, y que cuenta con un trabajo de sonido clave en la narración y unas magníficas interpretaciones. Es la película de una persona oyente, protagonizada por una persona sorda –Eva Libertad y Miriam Garlo, que son hermanas–, que ha merecido el Premio del Público en la sección Panorama del Festival de Berlín y cuatro premios en Málaga: película, actor (Álvaro Cervantes), actriz y Premio del Público. Historia de Ángela, una mujer sorda que va a tener un bebé con su pareja oyente, Héctor, Sorda es cine muy limpio, lleno de emociones y de verdad.

Esta película habla de la discriminación, de ser sordo en un mundo de oyentes…
Sí, lo que pasa es que como el vínculo con Miriam (Garlo) yo lo llevo conmigo... pues lo que tuve que trabajar en lo narrativo no fue eso. Yo tuve que trabajar la maternidad, porque yo no he sido madre, Miriam no ha sido madre, ninguna de las dos hemos dado a luz. O sea, la documentación que yo tuve que buscar, sobre todo, fue de madres sordas. Yo tuve que hacer el esfuerzo en el guion para construir la pareja, la relación madre-hija, pero todo lo que tenía que ver con ser sorda, como he vivido toda mi vida con Miriam, iba saliendo, estaba ahí, en la base y yo no era tan consciente, ni Miriam. Hice un esfuerzo consciente por no hacer un guion de todo lo que le pasa a una mujer sorda, quería dar a Ángela un carácter singular, con sus luces, con sus sombras, quitarme de la cabeza la ejemplaridad.
La película reivindica, como dice, ese derecho a no ser intachable cuando perteneces a una minoría. ¿Hay que reivindicar ese derecho para conquistar la normalidad?
Claro, lo que pasa es que cuando un colectivo no ha sido representado en la pantalla, en las primeras representaciones se aprietan un poco las tuercas con esa ejemplaridad. Recuerdo que cuando estaba escribiendo el guion, muchos feedbacks que me daban en las residencias de guion, compañeros, pero también mentoras y mentores, pues era que decían que Ángela corría el riesgo de caer mal. Y yo decía, bueno, ¿y qué? Es que a mí me gusta que los personajes a veces me caigan mal, porque en la vida pasa eso. Y fuimos para adelante, porque, aunque sea sorda, no tiene por qué ser maravillosa.
Rodar con personajes que hablan con la lengua de signos obliga a la cámara a ponerse en lugares diferentes a los que se hubieran elegido en una narrativa solo para oyentes, ¿cómo ha afectado eso a la narrativa visual de la película?
Nosotras ya lo habíamos trabajado en el cortometraje (Sorda, 2021), pero cuando Gina Ferrer, la directora de foto, entró y empezamos a tener las primeras reuniones, recuerdo su cara en el momento en el que se dio cuenta. Le decía que la película tenía que ser accesible, siempre tenía que estar en cuadro la lengua de signos… y eso suponía renunciar a planos de escucha, ¡con lo bonitos que son!, que siempre estuviesen las manos, renunciar a primeros planos... A nivel de estilo, yo lo primero que hice fue hacer un dossier con pinturas, con cuadros de pintoras y pintores sordos, para ver cómo representaban la realidad, cómo trabajaban el color, la luz. Eso se lo pasé a Gina Ferrer, lo vimos juntas, nos dimos cuenta de que los colores eran muy puros y decidimos no usar filtros en la cámara. Para las personas sordas, los oídos son los ojos, con lo cual decidimos que no íbamos a perder nunca profundidad de campo, porque Ángela capta toda la información por la mirada. De hecho, hay un montón de planos de Ángela mirando, muchos más que de lo que mira, para mostrar cómo necesita Ángela entender a través de la mirada.
El trabajo de sonido es muy importante en la película, imagino que requirió también mucha planificación ¿fue así?
Sí. Y la parte de la construcción sonora está también enraizada en la planificación de la cámara, porque hay una parte, sin hacer spoiler, en la que los planos cambian por completo y son dos subjetivos puros.
Y ¿no tuvo la tentación de contar toda la historia desde el punto de vista de la persona sorda?
Le di muchas vueltas, y esto entronca con el tema de la narrativa sonora, que fue lo más difícil de encontrar y a lo que más vueltas le di. Yo no quería caer en algo efectista a nivel sonoro, no me apetecía estar dirigiendo la emoción del público. Había veces que me planteaba ¿y por qué no hacer toda la película sorda? Pero eso a nivel de producción habría sido la guerra de los mundos, pero, además, yo no podía contar esa historia desde ahí, o sea, estoy deseando que lo cuente una persona sorda y que se haga una película desde la perspectiva absoluta y pura de la sordera, pero es que de lo que a mí me apetecía hablar era del vínculo entre el mundo oyente y el mundo sordo, que es lo que yo he vivido toda mi vida con Miriam. Entonces, no podía hacer eso.
Esa profundidad de campo de la que hablaba regala otra cosa en la película, que es una idea de colectivo, de familia, de grupo, ¿ha surgido por esa imposición visual o la tenía en mente ya en la historia?
Fue un proceso consciente el que hubiese un arco evolutivo en la planificación. Al inicio de la película Ángela siempre está en planos conjuntos, siempre está integrada y siempre está en conjunto con Héctor, con su familia, con su comunidad, con sus amigas y sus amigos, pero poco a poco la vamos separando, también a ellos dos, a la pareja, cada vez los vamos separando más y los cuadros se van reduciendo un poco. Hubo una decisión de contar también eso con la imagen. Y luego el tema de lo colectivo, porque hay algo muy colectivo en toda la comunidad sorda. Yo quería contar la comunidad sorda desde la alegría, porque lo he visto, he visto lo que es para las personas sordas juntarse entre sí y olvidarse del mundo oyente y del sobreesfuerzo que tienen que hacer continuamente. Ese momento de juntarse de la comunidad sorda yo lo he visto siempre como una fiesta, es un disfrute para ellas y para ellos. De hecho, hay un chiste de la comunidad sorda y es que tardan en despedirse media hora, no se quieren ir, y tiene que ver con el hambre de comunicación.
Al final, ¿no es ésta una historia sobre la comunicación?
Sí, el tema de la comunicación atraviesa toda la peli y también hay algo que tiene que ver con la comunicación y con las relaciones humanas en general que es que siempre pensamos que estamos más lejos de lo diferente de lo que luego estamos. Celia Rico me hizo una pregunta en una residencia, me preguntó qué es lo que más alegría me daba del vínculo con Miriam y qué es lo que más me duele. Y reconocí que lo que más me dolía, y es algo que nos pasa con todo el mundo, es que, por mucho que queramos acompañarnos, por mucho que queramos vincular, siempre hay un lugar de esa persona al que no podemos acceder, siempre hay un lugar al que vamos solas y que vivimos solas. Hay un lugar al que no tienes acceso y hay cierto misterio ahí.
Las personas sordas tienen problemas de comunicación en momentos críticos, en la película se ve muy bien en la escena del parto y en la de la guardería. ¿Era importante llamar la atención para intentar solucionar esto?
Eso está en el deseo primigenio de hacer la película, yo llevo toda mi vida viendo como Miriam se enfrenta a unas barreras de comunicación que son más que frustrantes, el aislamiento de las personas sordas es terrible, no pueden acceder a la cultura, a información, no pueden comunicarse de verdad… no somos conscientes de hasta qué punto es una condición terrible en este mundo oyente, porque nadie habla tu lengua, porque tienes que estar continuamente esforzándote por leer los labios y hay personas sordas que no saben hacerlo.
En la cultura parece fácil la solución, ¿no?
Es más fácil que en otros ámbitos, son acciones colectivas como que todas las películas españolas estén subtituladas. Miriam, mi hermana, tiene que esperar casi dos años para ver una película española y es actriz, o para ir al teatro o para ir a una charla… esa pérdida de conexión con la cultura general… es un aislamiento muy grave y muy triste. Ese tipo de acciones son muy sencillas y luego hay un tema de sensibilización en general en la sociedad. Yo he podido contar esta película porque mi hermana es sorda pero no tengo ni idea de cómo relacionarme con otras discapacidades, con otras condiciones, porque no se nos educa para que tú des rienda suelta a tus singularidades, pero tampoco para relacionarte con todo lo que no sea lo normativo.
¿Sorda ayudará a esa sensibilización?
Sí, es increíble, para nosotras está siendo asombrosa la reacción que está teniendo el público oyente, no esperábamos en absoluto que hubiese tantísima avidez de información. La gente es inteligente, es sensible y es empática y en cuanto entran en contacto con una realidad desconocida que se dan cuenta de que está en su entorno cercano pues rápidamente se ponen manos a la obra.
Esta es una película de una persona oyente, una directora sorda contando esta historia ¿haría una película muy diferente?
Yo creo que sería completamente diferente y ¡ojalá lo veamos! Yo tuve momentos de crisis en los que tuve que legitimarme a mí misma para hacer esta historia y en eso me ha ayudado mucho Miriam, que me animó a hacerla. Esta historia habla del vínculo entre el mundo oyente y el mundo sordo, pero estoy deseando que venga una directora sorda y cuente su historia y será una película completamente diferente.
El hecho de que sean hermanas ¿cómo ha influido en el trabajo?
Bueno, hay unas cargas familiares que están ahí siempre y son invisibles y cargan el vínculo… Nosotras lo que hicimos fue prepararnos como hermanas y decidir cómo queríamos vivir esto y tener herramientas. Lo que hemos hecho ha sido intentar separar el vínculo actriz-directora del vínculo de hermanas, que eso es muy difícil y a veces se pierden los límites, pero nos ha servido.
Hablando de la película con periodistas y con espectadores ¿ha descubierto algo nuevo en su propio trabajo?
Sí, sobre todo, ese deseo de entrar en esta realidad de las personas sordas por parte del público oyente, que es una cosa que no esperábamos en absoluto.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.